Claro, ahí empezaría la escena, uno de ellos tira algo lejos para despistar a un nazgûl que los estaba por descubrir, y ahí corren hasta la balsa con los jinetes pisándoles los talones. Pero era un bosque brumoso, el pantano desierto no tenía ni raíces para esconderse, solo agua, arena y cadáveres de la primer gran guerra de Mordor, la de Gil-Galad, que aparece en el Silmarillion.